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sábado, julio 27, 2024

El Doctor Cobre sonríe, pero no le está dando el alta a la economía china

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Uno de los grandes temas económicos de 2024 es el de la recuperación de China. La salida de la pandemia fue más problemática y más tardía en el gigante asiático que en Occidente y eso se ha trasladado a una economía que tendrá difícil presentar las cifras tan deslumbrantes de crecimiento del pasado. Con permiso del agujero negro de un gigantesco sector inmobiliario en constantes problemas, el quid de la cuestión está ahora mismo en ver si los estímulos que ha ido anunciando Pekín sirven para darle vigor a una economía que ahora mismo se caracteriza por recientes lecturas de deflación y un auténtico marasmo en el consumo privado, avivando los temores de espiral deflacionaria.

En la siempre difícil búsqueda de pistas, la evolución de los precios de los metales industriales se suele tomar como referencia para auscultar cómo respira la actividad china, ya que la segunda potencia económica mundial es el consumidor por excelencia de materias primas. Esto ocurre especialmente con el precio del cobre, al que por eso se le llama Doctor Cobre (Doctor Copper en inglés). Sin embargo, la sonrisa del doctor no significa que traiga el alta médica para China.

Según los datos oficiales de actividad económica conocidos en el comienzo de año, el sector inmobiliario sigue siendo el mayor lastre para la economía china, mientras que el resto de la economía se ha mantenido con solidez en los dos primeros meses del año (los datos macro se toman en referencia bimensual por las festividades del Año Nuevo chino y su impacto en la actividad).

Lo cierto es que los datos de la actividad económica china en los dos primeros meses de 2024 han sido sorprendentemente sólidos. En particular, el crecimiento de la producción industrial ha superado las expectativas del consenso, acelerándose hasta el 7% interanual frente a las expectativas de desaceleración. Ello se ha debido al repunte de los sectores manufacturero y de servicios públicos. En la misma línea positiva, los beneficios industriales aumentaron del -4,3% interanual en 2023 al 10,2% interanual hasta febrero de 2024. Este ha sido el primer crecimiento positivo desde junio de 2022 y también la tasa de crecimiento más alta desde diciembre de 2021 (25 meses).

Lo cierto es que los datos de la actividad económica china en los dos primeros meses de 2024 han sido sorprendentemente sólidos. En particular, el crecimiento de la producción industrial ha superado las expectativas del consenso, acelerándose hasta el 7% interanual frente a las expectativas de desaceleración. Ello se ha debido al repunte de los sectores manufacturero y de servicios públicos. En la misma línea positiva, los beneficios industriales aumentaron del -4,3% interanual en 2023 al 10,2% interanual hasta febrero de 2024. Este ha sido el primer crecimiento positivo desde junio de 2022 y también la tasa de crecimiento más alta desde diciembre de 2021 (25 meses)

El crecimiento de las inversiones en activos fijos también ha repuntado hasta el 4,2% interanual, frente a las expectativas de desaceleración, impulsado principalmente por las inversiones manufactureras, mientras que las inversiones en infraestructuras se han ralentizado y las inversiones inmobiliarias han seguido disminuyendo, aunque a un ritmo ligeramente inferior al de diciembre del año pasado. Los datos comerciales han generado optimismo: las exportaciones repuntaron un 7,1% interanual en enero y febrero y las importaciones también han mejorado, con un avance del 3,5%.

En el apartado de sombras, el crecimiento de las ventas al por menor se ralentizó hasta el 5,5% interanual, en línea con las expectativas. Y el inmobiliario volvió a dar un mazazo: las ventas de viviendas nuevas, así como las nuevas construcciones iniciadas y terminadas, disminuyeron más de un 20% interanual, una señal más de que la crisis inmobiliaria está lejos de haber terminado. Los precios de la vivienda siguieron cayendo en los dos primeros meses de 2024, según mostraron el viernes 15 de marzo los índices oficiales de precios residenciales de 70 ciudades.

Este juego de claros y oscuros dificulta el trabajo de los analistas y hace que estos aboguen por la cautela. «Los datos combinados de actividad de enero y febrero en China muestran una mayor normalización, aunque la economía (sobre todo por el lado de la demanda) aún está lejos de normalizarse. La mejora de los datos a principios de año entraña el riesgo de que la política monetaria se muestre complaciente y retrase su tan necesaria relajación», señala Louise Loo, de la firma de análisis Oxford Economics.

El citado ‘test de los metales’ no arroja mucho optimismo. En un reciente comentario, los analistas de BCA Research destacaban que la liquidación del precio del mineral de hierro (que ha bajado en torno a un 20% en lo que va del año) está enviando una señal pesimista sobre la economía de China, sugiriendo que es poco probable que el actual repunte de las acciones chinas persista durante un plazo cíclico.

Sin embargo, en un comentario de este mismo martes reconocían que todos los metales no reflejan pesimismo. En particular, el cobre ha subido recientemente, ganando más de un 8% desde el 9 de febrero (futuros en la Bolsa de Metales de Londres -LME- y alcanzando su nivel más alto en 11 meses. «¿Indica el reciente repunte del Doctor Cobre que hay motivos para ser optimistas sobre las condiciones económicas en el principal consumidor de metales del mundo?», se preguntan en este breve análisis Roukaya Ibrahim y Nicholas Gordon, estrategas de BCA Research.

«Por regla general, el precio del cobre indica el estado de la economía mundial, sobre todo como alternativa al oro, pero sobre todo por su uso industrial en la industria manufacturera, la ingeniería eléctrica, la informática, la medicina y, por supuesto, el sector de la construcción. (…) El Doctor Cobre, como se le llama coloquialmente en los mercados, al que se le concedió su doctorado por su asombrosa habilidad para predecir cuándo podrían estar cambiando las economías, ha experimentado una especie de renacimiento últimamente», esclarece John Evans, analista de PVM Oil.

«En la medida en que la subida de los precios se deba a factores relacionados con la oferta, los inversores no deberían interpretar el repunte del cobre como una señal alcista para la economía china. En particular, las interrupciones de la oferta en las minas -incluido el cierre de la mina de cobre de la empresa First Quantum en Panamá- han lastrado la disponibilidad de concentrado de cobre. Como consecuencia, las tarifas chinas de tratamiento y refinado -el canon que los mineros pagan a los fundidores por procesar el concentrado de cobre- se desplomaron a su nivel más bajo en más de una década, lo que indica que el mercado de materias primas está tenso. Como resultado, la semana pasada las principales fundiciones de cobre de China (que ampliaron agresivamente su capacidad en 2023 en previsión de un aumento de la demanda del metal rojo por la transición a la energía verde) acordaron recortar la producción y ampliar las paradas de mantenimiento», explican en BCA Research.

«China ha ampliado rápidamente su capacidad de refinado de cobre en previsión del aumento de la demanda para la transición ecológica. Sin embargo, llevamos tiempo pronosticando que el crecimiento de la oferta china de cobre refinado no podría mantener su rápido ritmo, dada nuestra previsión de una menor oferta minera. La oferta de mineral de cobre y concentrado es evidentemente limitada. Mientras que los datos comerciales muestran que la demanda china de otras materias primas fue fuerte en enero y febrero, sus importaciones de mineral y concentrado de cobre se redujeron notablemente», profundiza Kieran Tompkins, analista de materias primas de Capital Economics.

Para Tompkins, la limitación de las materias primas no tiene muchas soluciones rápidas que los responsables políticos chinos puedan aplicar, ya que la producción minera mundial volverá a disminuir en 2024: «El nacionalismo de recursos y la ira pública llevaron al gobierno de Panamá a detener todas las operaciones en Cobre Panamá, que había representado en torno al 1% de la producción minera mundial. Mientras tanto, los mayores productores luchan por aumentar, o incluso mantener, la producción debido al envejecimiento de las minas y al deterioro de la ley del mineral. La única palanca de la que podrían tirar los responsables políticos es relajar las restricciones a las importaciones de chatarra de cobre; actualmente sólo se permiten las importaciones de chatarra de alta calidad».

En resumidas cuentas, sintetizan desde BCA Research, el repunte de los precios del cobre se debe a fuerzas idiosincrásicas y no a una mejora de las condiciones de la demanda: «El repunte del Doctor Cobre no justifica una valoración más optimista de las perspectivas de crecimiento de China». Dentro de las inversiones en activos fijos, especifica Carsten Menke, analista de Julius Baer, el crecimiento más apagado de las infraestructuras y los persistentes problemas del mercado inmobiliario dibujan un panorama divergente de la demanda de metales. «Los mercados del mineral de hierro y del acero se enfrentan a los vientos en contra más fuertes, mientras que el cobre se beneficia de algunos vientos de cola, sobre todo debido a la transición energética», expone.

Menke subraya que el Gobierno chino está dando prioridad a los proyectos de infraestructuras de energías limpias frente a los proyectos clásicos de infraestructuras, como aeropuertos, ferrocarriles y carreteras. Esto tiene importantes implicaciones para la demanda de metales, ya que las áreas prioritarias son mucho menos intensivas en acero, al tiempo que apoyan la demanda de aluminio y cobre.

En lo que atañe al sector inmobiliario Menke refuerza la opinión de que el sector inmobiliario está ajustándose a una nueva realidad de menor demanda, impulsada por el descenso de la población y la ralentización de la urbanización. «Creemos que la probabilidad de que se adopten medidas de estímulo es muy baja, mientras que las medidas de apoyo para terminar los proyectos no terminados deberían continuar. Para los mercados de metales, esto apunta a vientos en contra persistentes para el acero, mientras que proporciona vientos de cola moderados para el cobre», concluye.

«Dado que la demanda de vivienda no muestra signos reales de estabilización, la corrección del sector inmobiliario continuará este año, lo que debería pesar sobre las inversiones, la confianza de los hogares y las finanzas de los gobiernos locales. En general, esperamos que el impulso de crecimiento secuencial de la economía china se estabilice en un nivel moderado a lo largo de 2024, con una ralentización del crecimiento anual hasta el 4,4% en 2024 a medida que los efectos de la reapertura se desvanezcan y el sector inmobiliario siga siendo un lastre importante», amplía el foco su compañera de Julius Baer Sophie Altermatt.

«Tras una sorpresa al alza de la producción industrial a principios de año, una nueva recuperación de los beneficios industriales envía otra señal de que efectivamente estamos asistiendo a una recuperación gradual tras haber tocado fondo el año pasado. El diferencial entre el IPP (precios al productor) y el IPC también ha mostrado una tendencia favorable, aunque queda por ver si el repunte del IPC puede mantenerse, ya que el impulso del efecto del Año Nuevo Lunar ya no estará en juego en los datos de los próximos meses. Un efecto base débil durante todo 2023 impulsará las cifras interanuales este año, y los fabricantes podrían beneficiarse de las políticas comerciales que se espera que se apliquen este año. Si la recuperación del sector manufacturero continúa, contribuirá a alcanzar el objetivo de crecimiento para 2024, pero aún se necesitan más políticas de apoyo para mantener el impulso y la recuperación», escribe en una nota para clientes Lynn Song, economista jefe de ING para la Gran China.

«Una leve recuperación de la demanda exterior y de la competitividad de costes de China podría impulsar las exportaciones como contrapartida más positiva a los múltiples vientos en contra de la economía nacional este año. En conjunto, los datos de hoy siguen respaldando nuestra opinión de una aceleración secuencial del crecimiento en el primer trimestre, y mantenemos nuestra previsión de crecimiento para 2024 en el 4,7%, sin alcanzar el objetivo de las autoridades de «en torno al 5%», cierra Loo, de Oxford Economics.

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