Los Veintisiete acordaron su posición respecto a la propuesta de la Comisión Europea de reformar el marco de gestión de crisis bancarias y la garantía de depósitos para amparar pequeños y medianos bancos con el objetivo de proteger a los inversores ante una posible quiebra al tiempo que se minimiza el riesgo de que las autoridades recurran a dinero de los contribuyentes para rescatarlos.
El acuerdo permitirá al Consejo iniciar negociaciones con el Parlamento Europeo, en las que se dará forma al texto final antes de convertirse en ley.
“El marco revisado traerá beneficios significativos en términos de mayor estabilidad financiera, mejor protección de los depósitos y del dinero de los contribuyentes e igualdad de condiciones entre los bancos más pequeños y grandes de la UE, lo que es clave para la profundización de la Unión Bancaria”, destacó el ministro de Finanzas de Bélgica, Vincent Van Peteghem.
La revisión establece que sólo podrá iniciarse un procedimiento de resolución si se considera que es de interés público y aclara cómo las autoridades de resolución deben realizar la evaluación del interés público. La reforma pretende ampliar el alcance de la resolución a algunos bancos.
Para alcanzar este objetivo, el Consejo aclara en su mandato que la evaluación del interés público debe realizarse en dos etapas. En primer lugar, la autoridad de resolución debe determinar si alguno de los objetivos de la resolución se vería amenazado en caso de insolvencia y si este es el caso, un procedimiento de insolvencia regular sólo debería ser posible si logra los objetivos de resolución de forma más eficaz que un procedimiento de resolución.
Por último, el mandato del Consejo también establece que, al evaluar las perturbaciones de la economía real, la autoridad de resolución debe centrarse tanto en el nivel nacional como en el regional, reflejando la huella potencial de algunos bancos pequeños y medianos.
EVITAR EL CONTAGIO
Uno de los principales objetivos de la reforma es facilitar la resolución de los bancos en quiebra en la UE, minimizando así los riesgos de contagio o los efectos de contagio a la economía real.
El marco tiene como objetivo confiar más en las redes de seguridad financiadas por el sector: los sistemas nacionales de garantía de depósitos, aunque la primera y principal línea de defensa en una crisis de este tipo deberá ser la capacidad interna de un banco para absorber pérdidas, razón por la cual las autoridades deben asegurarse de que los bancos tengan suficiente capacidad de absorción de pérdidas.