Florida inició ayer una investigación estatal en torno al posible intento de asesinato contra el expresidente Donald Trump, ocurrido el domingo en un campo de golf de este estado, y por el que fue detenido como sospechoso Ryan Routh.
El gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, firmó ayer una orden ejecutiva que autoriza una investigación por parte de la Fiscalía y agencias estatales, que se desarrollará en paralelo al proceso federal que se sigue contra Routh, quien el lunes tuvo su primera comparecencia en un tribunal de West Palm Beach, en el sur de Florida (EE.UU.).
“El sospechoso, Ryan Routh, se cree ha cometido violaciones de la ley estatal en múltiples distritos jurisdiccionales del estado”, explicó DeSantis en una rueda de prensa, en la que añadió que la Fiscalía estatal no descarta presentar cargos por intento de asesinato.
Ryan Wesley Routh, que permanece detenido, fue acusado el lunes de dos cargos federales relacionados con armas de fuego, pero se prevén cargos adicionales y más graves en vista de que los fiscales del Departamento de Justicia de Estados Unidos buscan una acusación a través de un gran jurado.
Sobre el servicio secreto
En tanto, aunque los acontecimientos del segundo intento de asesinato al expresidente de Estados Unidos y candidato republicano, Donald Trump, fueron muy diferentes a lo sucedido en julio en un mitin en Pensilvania, el Servicio Secreto vuelve a estar en el punto de mira por los posibles fallos de seguridad.
“El trabajo realizado fue absolutamente excepcional”, apuntaba Trump unas horas después en un mensaje en Truth Social donde felicitaba al cuerpo de seguridad. Pero, al conocerse nuevos detalles sobre lo sucedido, han comenzado a surgir los cuestionamientos.
El más grave- ¿Cómo es posible que el acusado estuviera casi doce horas merodeando la zona y solo fuera detectado cuando estaba agazapado junto a la valla, a unos 300 o 500 metros del exmandatario?
En una entrevista con el programa de radio ‘DeDe in the Morning’ que fue transmitida ayer, el presidente, Joe Biden, insistió en que el Servicio Secreto debería recibir más recursos.
“Necesitamos más recursos. Hacen falta más agentes, mayor protección y, en general, ampliar la ayuda”, manifestó.
Tras el atentado fallido, el líder de la mayoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, había abierto la puerta a incluir fondos adicionales para el Servicio Secreto en un proyecto de ley que el Congreso debe aprobar antes del 30 de septiembre para financiar las agencias gubernamentales y evitar el cierre de la Administración por falta de presupuesto.
Comité vigilante
— Cambios
El Servicio Secreto ya fue sometido a interrogatorio en un comité parlamentario tras los fallos de julio. Ese mismo mes dimitió la hasta entonces directora de esa agencia, Kimberly Cheatle, y tomó el relevo Ronald Rowe.