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domingo, noviembre 10, 2024

China levanta exigencia de cuarentena para ingresar al país

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LA IZQUIERDA DIARIO – Desde que se inició la pandemia a principios del 2020, China había puesto en práctica su política de «Covid cero», con el fin de evitar la propagación del virus. Casi tres años después, en gran parte presionado por las manifestaciones de rechazo a los confinamientos forzados en centros estatales, el cierre (que luego se volvió intermitente) de ciudades y las dificultades económicas que traía esta estrategia anti pandémica, decidió comenzar a abrir el país y relajar las anteriores medidas.

Por ejemplo la ciudad de Chengdu, de 16 millones de habitantes y una de las más importantes en el centro-oeste del país, ya a principios de diciembre de este año, anunció que sus residentes no deberán mostrar una prueba negativa PCR para entrar en sus casas.

Ahora, a partir del 8 de enero próximo se elimina la exigencia de que todas las personas que ingresen al gigante asiático tengan que hacer una cuarentena en hoteles destinados a tal fin. También se eliminan los controles para las mercancías importadas y se vuelven a permitir los intercambios de estudiantes y las visitas a sus familias de quienes viven en el extranjero.

La fecha decidida para la apertura tiene que ver con los días de vacaciones que tienen en China por el Año Nuevo Chino, que en 2023 será el 22 de enero (del 21 al 27 de enero son los días feriados). El Consejo de Estado busca así una reactivación del turismo, tanto interno como emisor. Este cambio de política también se expresó en un cambio de la denominación y clasificación de la enfermedad. Ahora será llamada «nueva infección por coronavirus», abandonando el nombre de «nueva neumonía por coronavirus», a la par que la ubican en la categoría B de enfermedades, al mismo nivel que la gripe aviar y el HIV. Este cambio en la denominación y el tipo de enfermedad, tiene como consecuencia que ya las autoridades no están obligadas a comunicar oficialmente los nuevos casos diarios.

La Comisión Nacional de Salud de China afirmó que las «ciudades grandes y medianas deben transformar rápidamente sus Fangcang (N.R.: instalaciones de cuarentena centralizadas) en hospitales designados con suficiente personal de salud». Lo que omite este órgano estatal es que los hospitales en algunas ciudades están desbordados por el crecimiento acelerado de los contagios -lo que redunda en que las trabajadoras y trabajadores de la salud también se contagian y al no tener reemplazos, quienes quedan activos están saturados de trabajo-, además de que no cuentan con medicamentos suficientes para la fiebre o el resfriado.

Esa recarga laboral en los hospitales pone en peligro la vida de sus trabajadores. A mediados de diciembre los médicos residentes del Hospital de la Universidad de Sichuan, en la ciudad suroccidental de Chengdu, salieron a protestar por la muerte de un joven médico de 23 años. Sus compañeros denunciaron que se desplomó por sobre carga de trabajo, estando infectado de Covid. La respuesta del gobierno de Xi Jinping, frente a esta alza de casos, fue establecer «centros de fiebre» que son salas separadas en los mismos hospitales, destinada a pacientes con síntomas febriles. Pero muchos denuncian la falta de oxígeno y de camas en esas salas. Mientras en varias de las ciudades se siguen disparando los casos, como por ejemplo en la ciudad industrial de Dongguan, en el sur del país. Allí las mismas autoridades afirmaron que, según los datos con los que cuentan, se están registrando hasta 300.000 nuevas infecciones cada día, y que ese número se está acelerando cada vez más rápido.

Por estas nuevas medidas de apertura en los vuelos, al menos por ahora Italia y Japón comenzaron a exigir pruebas de testeo del Covid a ciudadanos chinos, para ingresar a sus territorios.

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