Santo Domingo, RD. – Luis Abinader comenzó a gobernar hace dos años con un aparato productivo semidetenido por las medidas de confinamiento impuestas por la pandemia del COVID-19. Su administración tuvo que asumir la continuidad de una serie de medidas sanitarias y económicas del anterior gobierno peledeísta e hilvanar otras con miras a recuperar la economía, que se proyecta crecerá 5 % en este 2022, a pesar de la fuerte carga que han significado los subsidios para el presupuesto nacional.
La actual administración perremeísta también ha tenido que posponer medidas económicas que se estudiaban o suspender algunas en curso, con el objetivo de mantener calmado a un consumidor que sufre una inflación generalizada como consecuencia de la misma pandemia y de la invasión rusa en Ucrania.
1.
Dinero para vacunas, FASE y Pa’ Ti
De acuerdo a datos de la Dirección General de Presupuesto (Digepres), el gobierno ha destinado 213,292 millones de pesos para gastos tendentes a la mitigación de los efectos del COVID-19 en la República Dominicana.
El gobierno también mantuvo una serie de subsidios para la clase trabajadora en el marco de la pandemia y prórrogas para el pago de tributos a determinados contribuyentes, que se habían determinado desde la anterior administración.
Al 11 de agosto de 2022
La Dirección General de Presupuesto reporta que República Dominicana fue el segundo país que más gasto público destinó a combatir el COVID-19, debido a subsidios y transferencias corrientes a la población más vulnerable.
para el programa Quédate en Casa (Supérate)
para el Fondo de Asistencia al Empleado (FASE)
para el plan de vacunación contra el COVID-19
para subsidios sociales
para materiales y suministros
para incentivos a policías y militares
para el Programa de Asistencia al Trabajador Independiente (Pa’ Ti)
para apoyar a sectores productivos
para medicamentos de las Farmacias del Pueblo
para empresas del sector privado
2.
Subsidios a los combustibles y más
El gobierno también ha tenido que cargar con una serie de subsidios para contener la inflación que, según el Banco Central, a julio pasado registró una variación de 0.50 %, menor a la de 0.64 % registrada en junio, con lo cual asegura que la inflación interanual continúa “cediendo gradualmente”, ubicándose en 9.43 % a julio de 2022.
La semana pasada, el director general de Presupuesto, José Rijo Presbot, adelantó que el gobierno tendrá una necesidad de financiamiento para cerrar el 2022 por el orden de 50,000 millones a 60,000 millones de pesos, lo que incrementará el déficit de 174,000 millones a 220,000 millones de pesos (de 3.1 a 3.6 % del producto interno bruto). Esto es debido al incremento de los recursos destinados a subsidios sociales.
Solo hasta junio de 2022, el subsidio para mantener congelados los combustibles desde marzo pasado, se había llevado el 73.5 % de todos los subsidios dados por el Estado en distintos renglones.
Hasta el 12 de agosto del mismo año, se habían destinado 29,268.7 millones de pesos para el subsidio a los combustibles, reportó la Digepres la semana pasada.
Para contener la subida de precios de los alimentos, el Poder Ejecutivo también promulgó a principios de abril la Ley 6-22 que, de manera provisional y durante seis meses, grava con tasa cero en el arancel de aduanas a 67 subpartidas arancelarias de productos alimenticios de alto consumo como carne de res, pollo y cerdo.
3.
Tarifa eléctrica suspendida y el Pacto
Hasta que cambien las circunstancias económicas para el país, el gobierno decidió suspender por el momento los ajustes que se venían dando desde noviembre de 2021 a la tarifa eléctrica de clientes de las empresas distribuidoras de electricidad, para ir desmontando gradualmente el subsidio al sector eléctrico –como manda el Pacto Eléctrico–, que se llevó 4,799 millones de pesos en el primer semestre de 2022.
En medio de apagones y protestas por dichos ajustes –que para los clientes residenciales y pequeños comercios eran hacia el alza–, la Superintendencia de Electricidad dejó sin efecto la tarifa de transición aplicada para julio-septiembre, para mantener en vigencia las del trimestre abril-junio de 2022. Además, ordenó revisar las facturas emitidas en julio para acreditar o debitar, conforme corresponda, en la siguiente facturación la diferencia entre los precios establecidos.
Una revisión del Pacto Eléctrico también está en la agenda del Consejo Económico y Social como también pidió el presidente Abinader.
4.
Reforma fiscal: debatida y engavetada
Funcionarios del área económica de la administración gubernamental han reiterado que por el momento no se prevé someter una reforma fiscal en el país. Sin embargo, en 2021 este fue un tema que inquietó a la población al darse a conocer una serie de propuestas que desde 2020 se estudiaban a lo interno del gobierno con fines de someterse una reforma.
La República Dominicana es un país cuya presión tributaria es de las más bajas de América Latina y el Caribe, según han reconocido las propias autoridades económicas locales y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Entre las propuestas que el gobierno estudiaba para una eventual reforma fiscal estaban variar el monto que se paga por el marbete vehicular, establecer un impuesto para las bebidas azucaradas, aumentar de 25 a 35 % el impuesto sobre la renta (ISR) para la escala salarial de mayor ingreso, eliminar la deducción del gasto educativo del ISR y quitar a los legisladores el privilegio de importar vehículos exonerados de impuestos.
“No creo que vaya a suceder, que antes de que termine este periodo de Gobierno (en 2024) el presidente y el gobierno vayan a presentar algún tipo de propuesta en ese sentido (de reforma fiscal)”, dijo en julio a Diario Libre el ministro de Economía, Pável Isa. “Pero no significa que el país no siga teniendo ese desafío significativo de elevar la capacidad financiera del Estado”.
5.
Política monetaria: fuerte, pero necesaria
A finales del 2021, el Banco Central comenzó un proceso de normalización monetaria a través de incrementos en su tasa de política monetaria y de reducción del excedente de liquidez del sistema financiero, para contrarrestar las presiones inflacionarias, evitar riesgos de sobrecalentamiento de la economía, así como un deterioro del diferencial con respecto a las tasas de interés externas.
El último incremento vigente llevó la tasa de 7.25 a 7.75 % anual, siendo el porcentaje más alto desde enero de 2009, cuando se fijó en 8.50 %.
Las medidas económicas y monetarias han permitido a la economía dominicana mantener un dinamismo, registrándose un crecimiento interanual de 5.8 % durante junio del presente año que, según el Banco Central, ha permitido que la expansión acumulada durante el primer semestre de 2022 se ubique en 5.6 %, por encima de su potencial. Además, la evolución positiva de la actividad económica ha contribuido a una mejoría importante en el mercado laboral.
También, la evolución de las actividades generadoras de divisas ha favorecido la estabilidad relativa del tipo de cambio, reflejada en una apreciación de la moneda local de aproximadamente 5.0 % al cierre de julio, a diferencia de otros países donde el dólar ha ganado valor.
“A pesar del complejo panorama internacional, los modelos de pronósticos apuntan a un crecimiento económico para el cierre del año 2022 en torno a 5.0 %, una de las expansiones más altas entre las economías emergentes y de la región, cónsono con lo señalado por los organismos internacionales, tales como el FMI y el Banco Mundial”, ha indicado el Banco Central.