En algunas universidades estadounidenses, las autoridades han estado negociando con los estudiantes para que depongan las manifestaciones contra la guerra en Gaza; otras han recurrido rápidamente a las fuerzas del orden para sofocar la protestas, que ya han dejado cientos de detenidos.
Los estudiantes acampados en la Universidad de Columbia, que inspiraron una oleada de manifestaciones pro-Palestina en Estados Unidos, iniciaron el viernes su décimo día de protesta, mientras los administradores y la policía de los campus universitarios desde California a Connecticut debaten acerca de cómo abordar las movilizaciones que han dejado enfrentamientos con las autoridades y cientos de detenciones.
En Columbia y en otros centros, los responsables han estado negociando con los estudiantes, que han desafiado a la policía y se han replegado. Otras universidades han recurrido rápidamente a las fuerzas del orden para sofocar la protestas antes de que arraiguen.
Tras la aparición de un campamento el jueves en la Universidad de Indiana en Bloomington, policías equipados con escudos y porras se abalanzaron sobre los inconformes y arrestaron a 33 personas.
Horas más tarde, en la Universidad de Connecticut, los agentes derribaron tiendas y detuvieron a una persona. Y en la Universidad Estatal de Ohio, la policía se enfrentó a los manifestantes horas después de una concentración el jueves en la noche. Tras las advertencias de las fuerzas de seguridad, quienes se negaron a marcharse fueron detenidos y acusados de allanamiento, explicó el vocero de la institución, Benjamin Johnson, citando la normativa que prohíbe las concentraciones nocturnas.
El tiempo apremia a medida que se acercan las ceremonias de graduación de mayo, lo que eleva la presión sobre las universidades para desalojar las manifestaciones. En Columbia, los inconformes levantaron desafiantes un campamento de tiendas de campaña en el lugar donde muchos de ellos se graduarán delante de sus familias en unas semanas.
Los responsables de Columbia indicaron que las negociaciones estaban avanzando ante la cercanía del plazo fijado por el centro, a primera hora del viernes, para alcanzar un acuerdo sobre el desmantelamiento del asentamiento. Pese a esto, en las inmediaciones había dos autobuses de la policía estacionados además de una notable presencia de seguridad privada y policías en los accesos al campus.
“Nosotros tenemos nuestras demandas, ellos tienen las suyas”, dijo Ben Chang, portavoz de la Universidad de Columbia, que agregó que si las conversaciones fracasas, el centro tendrá que considerar otras opciones.
Poco después de la medianoche, un grupo de alrededor de una treintena de manifestantes pro-palestinos repartieron carteles y empezaron a corear cánticos antes las puertas de la institución, que estaban cerradas. Luego se marcharon mientras al menos 40 agentes se reunían cerca de allí.
La Universidad Politécnica Estatal de California, en Humboldt, ha estado negociando con los estudiantes atrincherados en un edificio del campus desde el lunes, rechazando un intento de la policía de desalojarlos. Miembros del profesorado se reunieron con ellos el jueves para tratar de pactar una solución y el campus seguirá cerrado al menos durante el fin de semana.
Los manifestantes han erigido campamentos en universidades de todo el país y exigen que los centros educativos corten su vinculación financiera con Israel y retiren sus inversiones de empresas que, según dicen, facilitan el conflicto. Algunos estudiantes judíos afirman que las protestas han derivado hacia el antisemitismo y han hecho que les de miedo pisar el campus, lo que ha provocado en parte los pedidos de intervención policial.
Desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza en octubre, el Departamento de Educación estadounidense ha abierto investigaciones sobre derechos civiles en docenas de universidades y escuelas en respuesta a denuncias de antisemitismo o islamofobia. Entre los centros investigados hay muchos donde se registran protestas, como Harvard y Columbia.