El dinero en efectivo está perdiendo terreno a pasos agigantados pero ¿estamos viviendo el fin del ‘cash’?. A medida que las formas de pago alternativas, como la tarjeta de crédito, el pago a través de aplicaciones o con el teléfono móvil van creciendo, el número de personas que siguen usando el formato físico cada vez es menor. Según los datos del Banco de España en su última Encuesta Nacional sobre el Uso del Efectivo, el 35,9% de los ciudadanos reconocieron este como su medio de pago más habitual, mientras que el 54% se decidió por las tarjetas.
Como ha ocurrido en España, es cada vez más común que la tarjeta de crédito tome la delantera y se convierta en el ‘rey’ de las transacciones en los países más digitalizados. Sin embargo, aunque es común oír hablar del fin a corto plazo del efectivo, especialmente tras la pandemia que obligó a muchos negocios a digitalizarse, la realidad es que el ‘cash’ resiste. Según el Banco Central Europeo el 48% de todos los pagos se realizan a través de billetes. En Estados Unidos el efectivo en circulación alcanzó un máximo histórico de 2.09 billones de dólares, según datos de la Reserva Federal.
Este el fin está cerca o no, la realidad es que hay países en el que el debate está apunto de terminarse. Diversas economías ya están probando fórmulas para dar el último empujón al papel como valor moneda para pasar a un modelo digital. Ya sea porque sus ciudadanos han decidido optar por otras alternativas o que los Gobiernos están emprendiendo planes para facilitar esta transición, estos son los casos en los que la muerte del cash está en camino.
Suecia y Noruega
Suecia es uno de los grandes baluartes contra el dinero en efectivo. Su banco central, el más antiguo del mundo con más de 354 años a sus espaldas, lidera desde los inicios de la pasada década una cruzada contra el cash. Desde el año 2011 al 2020 los suecos han reducido el uso de efectivo del 39% al 9%. Según explica el propio país en su página web «Suecia está liderando el camino hacia la sociedad sin efectivo» y añade que «los pagos sin efectivo van de la mano con el estilo de vida sueco».
A pesar de todo Suecia se encuentra en un punto de no retorno y, aunque está a un paso de la eliminación completa del papel moneda, desde el Estado están pidiendo que aumenten el uso del dinero físico porque comercios, bancos y otras organizaciones están acelerando esta transición y negándose a aceptar cash. El problema es que aunque buena parte de la sociedad está lista para una Suecia sin dinero en efectivo, hay núcleos rurales que se resisten a su desaparición y, debido a ello, el Ejecutivo del país busca que la transición no se tan rápida como para que esta gran cambio deje a parte de su población atrás.
Para frenar el fin del cash el Gobierno ha pedido a sus ciudadanos que guarden efectivo en sus casas. Sin embargo, no renuncian a un objetivo final de una digitalización completa y es uno de los países líderes en su divisa digital (eKrona), que fue una de las primeras del mundo y que esperan que ayude aún más a ese cambio de paradigma. Al margen de esta fórmula, los suecos usan los pagos a través del móvil, destacando el Swish, un método de pago lanzado por seis grandes bancos suecos y que es el líder absoluto del país. También están a la vanguardia en otros medios de pago como la app de Klarna.
Al margen de Suecia, su vecino, Noruega, es el otro gran ejemplo. Según Norges Bank, el banco central del país, los noruegos solo utilizan billetes o monedas para una cantidad de entre el 3 y el 4% de sus transacciones. Se trata del país del viejo continente con menos uso del cash y esto genera preocupaciones dentro de sus propias fronteras. A pesar de que están a un solo paso de la digitalización total actualmente están levantando el pie del acelerador. La Agencia del Consumidor de Noruega lleva recibiendo quejas desde el coronavirus por situaciones como no poder pagar el bus en efectivo o no poder comprar un café en Oslo. Concretamente la Asociación de Jubilados del país ha expresado sus quejas y preocupación por el rumbo que supone para la población menos digitalizada el paso a una sociedad sin dinero físico.
Países Bajos
A pesar de que las naciones nórdicas se llevan la palma, Países Bajos es uno de los que más rápido están evolucionando de todo el continente europeo y, por tanto, del mundo. En 2005 el pago en efectivo representaba en el país más del 52% de los pagos, en 2011 pasó al 40% y en 2015 ya estaba el 30%. En la actualidad la cifra ya está por debajo del 24% y los esfuerzos por digitalizar los pagos se han redoblado tras la llegada del covid.
Según la Asociación Holandesa de Pagos el uso de tarjeta ya supera el 75% y sus estimaciones son que el valor de los pagos a través de este medio lleguen a los 196.300 millones en 2024. Además, cada vez está creciendo de forma más clara el pago a través del móvil con un 30% de incremento de las transacciones por este medio el pasado año.
Sin embargo, en este caso, los que más están empujando para que la sociedad neerlandesa se digitalice son los bancos. Estos están intentando llevar a los clientes rápidamente hacia la banca digital para ahorrar en costes estructurales como oficinas o cajeros. Los clientes digitales en este país ya suponen un 89% mientras que la media europea se sitúa en el 60%. Además todas las grandes entidades nacionales como son AMRO, ING y Rabobank pactaron desde hace un lustro colaborar para mantener conjuntamente un servicio mínimo con el que atender a aquellos que quieran usar efectivo para reducir costes en la transición hacia una sociedad sin billetes.
China
Curiosamente el papel-moneda puede ver su fin pronto en el país que lo vio nacer. China ha vivido recientemente unos años de cambio acelerado hacia la digitalización. Ha llegado a tal punto que el Banco Popular de China está emprendiendo una ronda de multas contra organización públicas y privadas por negarse a aceptar pagos en efectivo. La institución en su último comunicado al respecto comentaba que emprendía estas sanciones para «proteger los derechos de los ciudadanos a usar dinero en efectivo».
Las empresas del país se encuentran ante un uso generalizado de nuevos sistemas de pago y, en particular la banca, tienen que mantener un sistema para asegurar el cash de sus clientes que ya no es rentable en un momento de bajos ingresos. Por ello, se ha producido una desbandada general del efectivo que se está saldando con varias entidades renegando completamente de él. Muchos bancos están intentando conseguir el status de banco digital para no estar sujetos a la obligación de proveer este servicio.
Uno de los últimos casos ha sido el de Zhongguancun Bank, la entidad pekinesa que ha suspendido todos sus servicios en efectivo, incluidos los cajeros automáticos y retiros en ventanilla desde abril de este año. NewUp Bank también tomó esta decisión recientemente. Los bancos más grandes del país aún no están cerca de sumarse a esta medida, pero la digitalización es un hecho y prueba de ello es que los servicios de pago digitales como WeChat Pay y Alipay (de Alibaba) se han multiplicado los últimos años.
Según la última encuesta del Banco Popular de China el 66% de los pagos se realizan a través de móvil mientras que el efectivo representaba solo el 23%. Especialmente en las grandes ciudades del país, pagar usando un billete es realmente complicado y todo se realiza a través de códigos QR. Pagar usando tarjeta también es algo exótico en el país oriental, donde solo el 7% de las transacciones se realizan a través de este medio.
Por su parte, el país avanza también en otra vía de pagos digitalizada como es el yuan digital, que aún no tiene un gran apoyo popular. La moneda digital creada por el banco central del país acumula 13.680 millones de dólares en transacciones, lejos aún de los objetivos marcados por la institución.
Corea del Sur
Seúl es una ciudad en la que el efectivo es algo prácticamente del pasado. El país asiático está inmerso en una hoja de ruta marcada por su Gobierno para digitalizar sus pagos en un experimento monetario que empezó en 2016 y que puede marcar el rumbo de otros países. El efectivo en circulación del país supone solo el 40% del total, un mínimo histórico. Además el efectivo representó solo el 17% de las transacciones totales del país.
Desde 2017 el Gobierno y el banco central del país están ofreciendo a los ciudadanos tarjetas y sistemas de pago alternativos para pequeños pagos para incentivar las transiciones. De hecho, Corea es el país asiático que más rápido se está ‘independizando’ del dinero en efectivo’. Al igual que en China, mantienen este cambio a través de una sólida presencia de empresas de pago a través del móvil y un experimento de moneda digital llamada S-Coin.
Canadá y Australia
Al margen de Europa o Asia, en América hay un gran referente del avance hacia el fin del efectivo: Canadá. El país liderado por Justin Trudeau están en esta ruta, de hecho Visa defiende que los canadienses «están listos para dejar de usar el efectivo» debido a que el país tiene «una de las penetraciones más altas de pagos con tarjeta de crédito en el mundo (70%)».
A pesar de que el efectivo circulante en Canadá sigue siendo alto con una media de 70 dólares por persona, las transacciones con efectivo han bajado hasta suponer solo el 17% del total en 2021. Mientras tanto, entre las tarjetas de crédito, débito y prepago suman un total del 60% de todas las operaciones. Los pagos electrónicos suponen un 12%.
Australia también es otro gran ejemplo. Según el último informe de The Global Payments, el país de Oceanía vivirá una transición incluso más acelerada hasta que los pagos con efectivo supongan solo el 2% de todas las transacciones en 2025. La última Encuesta de Pagos del Consumidor del RBA (Banco de la Reserva de Australia) de junio, mostró que la proporción de pagos en efectivo en persona realizados en Australia se redujo de aproximadamente el 75% en 2007 a alrededor del 30% en 2019.