Paraguay entró al exclusivo club de países de América Latina que han alcanzado el grado inversión, entre los que se encuentran Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay. República Dominicana, que ha logrado avanzar algunos escalones en los últimos años, se ha planteado esta meta en el mediano plazo.
Sin embargo, el índice de bonos de mercados emergentes (EMBI, siglas en inglés), que calcula J.P. Morgan Chase basado en el comportamiento de la deuda externa emitida por cada país, establece que los inversionistas están dispuestos a pagar una tasa de interés menor por las emisiones de deuda dominicana en comparación con países que tienen grado de inversión.
El EMBI, que es más alto mientras menor certeza haya de que un país honrará sus obligaciones, ubica a República Dominicana en 2.19, por debajo de México (3.18) y Colombia (3.11), ambos con grado de inversión. Los bonos dominicanos tienen una calificación de riesgo 2.52 puntos por debajo del promedio de América Latina, que al 29 de julio estaba en 4.71.
Según J.P. Morgan Chase, el EMBI es la diferencia (spread) entre las tasas de interés que pagan los bonos denominados en dólares, emitidos por países subdesarrollados, y los bonos del Tesoro de Estados Unidos, considerados “libres” de riesgo. República Dominicana, con 2.19, tiene mejores perspectivas crediticias que Panamá (2.61), Honduras (3.99), El Salvador (722), Ecuador (1,301), Argentina (1,558), Bolivia (2,123) y Venezuela, que alcanza un astronómico 17,560.04 al cierre de julio.
Recorrido
Alcanzar la meta, en el caso de Paraguay, le costó más de dos décadas. El Banco Central del país sudamericano (BCP), al referirse a este hito, destacó que el camino hacia el grado de inversión fue largo y desafiante.
Reseña que entre finales de los 90 y principios de los 2000, esa nación atravesó uno de los períodos más críticos de su historia reciente, marcado por una profunda recesión económica, alta inflación, importante depreciación del tipo de cambio y una situación fiscal debilitada. En ese contexto, Moody’s había reducido la calificación crediticia a Caa1, un nivel que reflejaba un alto riesgo de impago.
En enero de este año, el presidente Luis Abinader afirmó que, si el país continúa el proceso de mejora en los próximos años y aplicando una política fiscal correcta, “el camino a que República Dominicana tenga un grado de inversión para poder tomar dinero a la menor tasa en los mercados internacionales, que es el objetivo principal, entre otros, de conseguir el grado de inversión, ya no lo vemos tan lejos como se veía hace unos años en nuestro país”.
El grado de inversión es una calificación de riesgo-país que permite acceder a financiamientos con mejores tasas de interés. ¿Qué le falta a RD para lograrlo?
A principios de este año, el Ministerio de Hacienda (MH) informó que Standard & Poor’s (S&P Global) reafirmó la calificación de riesgo del país en BB con perspectiva estable, valorando, entre otros aspectos, el fortalecimiento de las instituciones gubernamentales. Destaca que la actual gestión gubernamental ha mantenido la capacidad de generar altas tasas de crecimiento económico, mejora en la planificación fiscal y manejo de la deuda pública.
Durante un encuentro en agosto del año pasado en el Banco Central de la República Dominicana (BCRD), el ministro de Hacienda, Jochi Vicente, aseguró que el país ha dado pasos significativos con el propósito de alcanzar el grado de inversión en el menor plazo posible.
Expresó que, al asumir la función pública en ese Ministerio, lo primero que se decidió fue realizar un estudio de brechas en los indicadores que determinan la calificación crediticia. A partir de ahí, indicó, se identificaron dos focos de atención: el aspecto institucional y el estado de las finanzas públicas.
En una publicación del 26 de julio 2024 en su cuenta X, Vicente destacó que República Dominicana tiene un riesgo país menor que otros países de América Latina que cuentan con el grado de inversión. “Esta es una situación muy atípica. El mercado está valorando muy positivamente las políticas públicas del gobierno de Luis Abinader”, aseguró.
A su entender, es impresionante que, a pesar de no contar con el grado de inversión, la percepción de riesgo de República Dominicana se encuentre por debajo de países como Panamá, México y Colombia, los cuales sí cuentan con esa calificación. Expresó que estos países, gracias a sus acertadas políticas públicas, han disfrutado por mucho tiempo esa condición, lo cual les ha permitido obtener financiamientos a tasas de interés relativamente bajas.
“A mí me preguntaron recientemente a qué atribuía esta tendencia de nuestro riesgo país. Y mi respuesta es que hay una confianza muy grande en el gobierno y en el futuro dominicano. Confianza en que vamos a hacer las reformas que se requieren para alcanzar un desarrollo pleno”, refirió.
Sostuvo que el factor confianza es lo único que explica que, a pesar de aún no contar con esa puntuación formal del grado de inversión, los inversionistas estén dispuestos a pagar un precio menor por los instrumentos financieros que los que pagan por países con mejor calificación que la dominicana.
En 2021 las calificadoras Standard & Poor’s y Fitch Ratings mejoraron la perspectiva crediticia de República Dominicana, subiéndola de negativa a estable, entre otras razones por un crecimiento económico más rápido de lo esperado ese año y la reducción del déficit fiscal.
La calificación BB con perspectiva estable, que es la actualización más reciente otorgada por Standard & Poor’s al país, significa que los bonos dominicanos son menos vulnerables al no pago que otras emisiones. Sin embargo, establece la definición crediticia, enfrenta mayores incertidumbre o exposición a condiciones adversas de negocios, financieras o económicas que pueden llevar al emisor a incumplir con sus obligaciones.
La firma, que en diciembre de 2022 mejoró la calificación de crédito del Estado dominicano, llevándola desde “BB-” a “BB”, marcando un hito al otorgar al país la calificación crediticia más alta obtenida a la fecha, destaca que la estabilidad macroeconómica continúa siendo el principal pilar detrás de estos resultados.
El caso
Luego de más de dos décadas de superar obstáculos y garantizar respuestas positivas a choques externos, Moody’s mejoró la calificación crediticia de Paraguay de Ba1 a Baa3, alcanzando así el codiciado grado de inversión. Para el BCP, este es un hito trascendental que refleja el reconocimiento internacional hacia una destacada trayectoria de estabilidad económica, fruto del firme compromiso con una gestión responsable de las políticas macroeconómicas.
Las autoridades de Paraguay consideran que este logro refleja una serie de factores clave, como el crecimiento económico sostenido del país, su capacidad para resistir choques externos y las reformas institucionales que han fortalecido la gobernanza. Además, refleja que la estrategia de diversificación económica y la inversión en infraestructura han jugado un papel crucial.
El BCP afirma que la solidez fiscal de Paraguay y su capacidad para diversificar las fuentes de financiamiento en los mercados también han sido determinantes. Destaca que la inversión pública está optimizando las condiciones de transporte, lo cual se espera que fomente un flujo constante de inversión privada en sectores no tradicionales, como la maquila, la silvicultura y la energía limpia.
“Desde aquellos años difíciles, Paraguay ha tenido una trayectoria notable para alcanzar el grado de inversión. Este avance es el resultado de una serie de reformas cruciales, como una gestión fiscal prudente, una política monetaria responsable y una regulación eficaz del sistema financiero, lo que ha reducido la volatilidad económica y aumentado la confianza de los inversores”, asegura la institución monetaria en un comunicado.
Para las autoridades, la implementación del esquema de metas de inflación ha sido clave para reducir la volatilidad en los precios, como así también para alinear las expectativas al objetivo inflacionario incluso frente a choques externos. El BCP ha demostrado flexibilidad en su política monetaria, ajustándose de manera efectiva para estabilizar la economía frente a diversas perturbaciones.
Ventajas de la mejora
El Banco Central paraguayo destaca que el grado de inversión facilita un acceso más amplio y favorable al capital, esencial para financiar la inversión y promover un desarrollo sostenible para todos los ciudadanos. “Esta mejora en la calificación crediticia reducirá los costos de financiamiento para toda la economía, haciendo más asequible la inversión pública en áreas clave como infraestructura, salud y educación.
Además, facilitará la inversión privada tanto local como extranjera, al posicionar al país en los mercados internacionales y reconocerlo como uno de los de menor riesgo en la región”, subraya.
En países que han alcanzado el grado de inversión, también se observa una mayor estabilidad económica y una reducción en la volatilidad del mercado, lo que refuerza la confianza de los inversores.
Las empresas, beneficiadas por costos de financiamiento más bajos, tienen la oportunidad de expandirse e invertir en nuevos proyectos, estimulando la creación de empleo y elevando el nivel de vida de la población. Señala que el rol de las autoridades ha sido clave para lograr el grado de inversión.