Pere Aragonés se juega seguir al frente de la Generalitat de Cataluña con su partido, ERC, en números rojos. De acuerdo con las últimas cuentas publicadas por la organización, los republicanos cerraron el ejercicio fiscal 2022 con unos números rojos de 420.000 euros, frente a un beneficio el año anterior de 1,1 millones. Aunque con unos ingresos ligeramente por encima, de 9,9 millones de euros, ERC no sufre solo un descenso de sus resultados, sino también una caída del patrimonio neto.
En este caso, ha disminuido un 3,4%, hasta los 11,2 millones de euros. Para el partido independentista, las elecciones son así claves porque se juega gran parte de sus ingresos. En 2023 tenía presupuestados 930.000 euros en concepto de subvenciones electorales y para este año ha calculado 2,1 millones. Es decir, más del doble. Con ello, de acuerdo siempre con sus previsiones, los ingresos se situarían en 9,8 millones.
ERC no es, sin embargo, el único que atraviesa dificultades financieras. En la misma línea, también, las ganancias del PSC han caído más del 80%, pasando de un beneficio de 2,1 millones de euros en 2021 hasta los 430.000 euros un año más tarde. A pesar de este descenso del resultado, la cifra de negocio se ha mantenido estable y ronda casi los 11 millones. El partido encabezado por Salvador Illa, al que se ha vinculado con la ‘trama Koldo’ por las supuestas adjudicaciones irregulares durante la pandemia, ha visto como sus ingresos se reducían igualmente de 10,8 a 10,2 millones de euros, lo que supone casi un 6% menos.
A un paso de las elecciones catalanas
Según la última encuesta del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), el PSC ganará las elecciones con una horquilla de entre 35 y 48 escaños, por lo que podría dar un impulso considerable a sus ingresos y mejorar su situación financiera. La previsión de los socialistas catalanes apunta a que este año alcanzará unos ingresos de 11,4 millones, frente a los 10,4 millones que tenía presupuestados en 2023.
Junts, que disputa la segunda posición a ERC, también ha sufrido un deterioro de sus cuentas. El partido de Carles Puigdemont redujo sus ganancias un 37% en el último ejercicio con cuentas publicadas, pasando de un resultado de 1,5 millones hasta 945.000 euros en 2022. Su cifra de negocio se ha elevado hasta 2,6 millones, lo que supone un crecimiento del 44,4%. Puigdemont inició la campaña pidiendo préstamos tanto a sus candidatos como a los militantes. Junts pide un mínimo de 6.000 euros a los primeros veinte candidatos de la lista por Barcelona y 3.000 al resto de personas que conformen la lista.
En el caso de las circunscripciones de Tarragona, Lleida y Girona, los 6.000 euros son la aportación mínima para los siete primeros de la lista, y 3.000 euros para el resto, con unas aportaciones totales de 246.000 euros para sufragar los gastos de la campaña. En el caso de militantes y afiliados, los préstamos serán de un mínimo de 1.500 euros por persona y de un máximo de 10.000 y el partido prevé devolverlos con un interés del euríbor más un punto porcentual en un año.
Financiación
En una carta dirigida a los candidatos, Junts justificó la petición de fondos para «contribuir a depender en menor medida de los préstamos bancarios y garantizar una mejor tesorería para hacer frente a los proveedores de forma más rápida». La formación independentista ya utilizó esta fórmula de microcréditos para sufragar parte de los gastos de las últimas campañas electorales, tanto las anteriores al Parlament como las últimas elecciones al Congreso. Y algo parecido hizo también para sufragar sus gastos tras su huida de España.
El antecedente, de hecho, es del Consell de la República, que dirigía desde su mansión en Bruselas y cuyas cuentas no ha hecho nunca públicas. Esta organización reclama a los catalanes que hagan donaciones que pueden ir desde los 10 hasta los 250 euros de forma puntual, mensual o anual. El Consell, que presume de tener más de 100.000 socios, se limita a decir que utilizará el dinero de las donaciones, que, según insiste, es su única fuentes de ingresos, en «desplegar los proyectos del Plan de Gobierno: tecnología, participación, internacionalización, despliegue democrático, despliegue territorial, movilización u ofensiva jurídica algunos ejemplos». Aunque no se concreta ningún detalle adicional, el objetivo final es llevar a cabo la ruptura final con el resto de España e implantar, según dicen, la República Catalana.
