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jueves, abril 18, 2024

Credit Suisse se desploma un 28% por la negativa saudí a poner más dinero y arrastra a los bancos en Bolsa

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Las acciones del banco Credit Suisse se desploman este miércoles más del 28%, ahondando sus mínimos históricos, ante las dudas sobre la capacidad de la entidad de recabar más capital para cubrir sus problemas financieros. La caída de la firma, sobre la que pesan dudas desde hace meses, ha arrastrado al sector en Europa con el trasfondo del colapso del estadounidense Silicon Valley Bank. El Ibex cae más del 4,3% y los descensos son de gran calado en toda Europa, con la banca a la cabeza de las pérdidas. El detonante ha sido la negativa del presidente del primer accionista del banco suizo, el saudí SNB, a aportar más capital en caso de que Credit Suisse lo necesitara. Argumenta la firma saudí que ya ha alcanzado el tope regulatorio del 10% del accionariado que no puede superar, pero la lectura del mercado es más sencilla: los saudíes no quieren poner más dinero.

Las dudas del mercado no se limitan a la cotización, que ha pasado de siete a dos francos suizos en un año. Los seguros de impago de los bonos de Credit Suisse, conocidos por sus siglas en inglés (credit default swap, CDS) han vuelto a marcar nuevos máximos, en los 800 puntos. Esto quiere decir que el mercado exige cada vez más dinero para proporcionar una cobertura en caso de que la entidad no pague sus deudas, lo que implica que ve este escenario como cada vez más probable. Los CDS de Credit Suisse están en niveles similares a los de la banca griega en plena crisis del euro.

La fuerte devaluación de los títulos del banco suizo ha provocado que la cotización de las acciones se haya tenido que suspender a media mañana, hasta poder volver a cuadrar órdenes de compra y de venta. En el conjunto del sector financiero las pérdidas son de gran calado: los franceses BNP Paribas y Société Générale pierden más del 11%, y los alemanes Commerzbank, y Deutsche Bank caen alrededor del 9%. Las acciones de Unicredit y Monte dei Paschi, también han visto como se suspendían su cotización. Según Bloomberg, se han evaporado 60.000 millones de euros en valoración de los bancos europeos. Dentro del Ibex, Sabadell y Bankinter son los más penalizados del sector con recortes cercanos al 8%. Santander, BBVA y CaixaBank también sufren correctivos del entorno del 5%.

El primer ejecutivo de SNB, Ammar Al Khudairy, explicaba hoy en una entrevista con Reuters que la participación en Credit Suisse es “una inversión oportunista” y que el banco tiene que demostrar que está cambiando de rumbo, para que la inversión empiece a dar sus frutos. El directivo asegura que “están contentos con el plan de transformación presentado” y considera que se trata de “un banco muy sólido”. Sus palabras, lejos de calmar a los mercados, han desatado una fiebre vendedora.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha referido por primera vez a la crisis financiera desatada desde el pasado viernes y lo ha hecho defendiendo la fortaleza del sector financiero español, del que ha destacado que sus ratios de liquidez y solvencia “están por encima de la media” de los europeos.

También ha incidido en que una de las lecciones de la anterior crisis de 2008 trajo ya un reforzamiento de los mecanismos de control en todo el sector financiero europeo. En cualquier caso, y en una intervención ante los medios durante la cumbre bilateral con Portugal que se celebra en Lanzarote, Sánchez ha hecho un llamamiento a “la cautela y la prudencia” y ha asegurado que tanto el Gobierno español como Europa siguen muy de cerca los acontecimientos.

Credit Suisse está en proceso de reestructuración para salir de su crisis financiera. Hace tres meses realizó una ampliación de capital de 2.200 millones de francos suizos (2.220 millones de euros) para tratar de reforzar su solvencia. Era la segunda en dos semanas. Sin embargo, esa llegada de dinero fresco, suscrito en parte por los saudíes, no terminó de calmar los nervios. En lo que va de año, las acciones del segundo mayor grupo bancario suizo se han desplomado casi un 30%.

Los problemas de Credit Suisse se llevan gestando desde hace más de una década. El gigante helvético se transformó a principios de los 2000 de una firma centrada en la banca privada, en un conglomerado financiero con presencia en todo el mundo. Su modelo de negocio es complejo e interconectado, con divisiones de banca de inversión, banca privada, gestión de activos y banca para empresas. En la banca, la confianza es crucial, pero más aún cuando se trata con grandes corporaciones y clientes ricos.

El año pasado, para tratar de encauzar la situación, el banco cambió a su consejero delegado. Ulrich Körner presentó un plan estratégico que contemplaba la venta de parte de los activos de Credit Suisse y una simplificación de su estructura. El programa se completaba con dos ampliaciones de capital, que fueron cubiertas por completo, y en las que participó Arabia Saudí, que se convirtió en el máximo accionista.

José Ramón Iturriaga, gestor de fondos de Abante Asesores y especializado en el sector bancario, explica que “la situación de Credit Suisse es totalmente distinta al recién quebrado SVB. Aquí lo que ha ido muy mal es la división de banca de inversión en Estados Unidos, un negocio que tiene muchísimas interconexiones y que puede ampliar la onda expansiva”. El banco suizo tiene activos por 538.000 millones de francos (538.000 millones de euros), más del doble que el Silicon Valley Bank.

Credit Suisse perdió el año pasado 7.293 millones de francos suizos (7.381 millones de euros). Fue el peor resultado del banco suizo desde la crisis financiera de 2008. En 2021 ya tuvo unos números rojos de 1.650 millones de francos (1.670 millones de euros). Entre los principales factores que explican estas pésimas cuentas destaca su exposición a firmas de riesgo que colapsaron en ejercicios anteriores, como el fondo de cobertura estadounidense Archegos o la firma angloaustraliana de servicios financieros Greensill.

Víctor Alvargonzález, asesor financiero y fundador de Nextep, explica que “con la subida brutal de tipos de interés se ha tensado muchísimo la cadena, y eso acaba provocando que se rompa por los eslabones más débiles, como ocurrió con SVB y parece que está ocurriendo con Credit Suisse”. El inversor echa de menos una intervención más decidida y coordinada por parte de los bancos centrales, especialmente el suizo.

Iturriaga, de Abante Asesores, considera que la única salida que le queda a Credit Suisse es recibir algún tipo de apoyo público. En 2008, con la crisis de Lehman Brothers, Suiza ya tuvo que inyectar 45.000 millones de euros en su competidor nacional, UBS.

El presidente del grupo Credit Suisse, Axel Lehmann, ha asegurado esta mañana que la posibilidad de recibir ayudas públicas “está fuera del debate”, mientras la entidad trata de recuperar la confianza por parte de clientes e inversores. A su juicio, comparar la situación del banco suizo con la de SVB no es muy preciso, porque operan en negocios con regulaciones muy distintas.

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