Ibercaja ha revisado al alza el crecimiento del PIB en Aragón para el 2023, situándolo en el 0,9% frente al 0,1% que había estimado en el anterior informe económico. Pese a este aumento, la comunidad crecerá por debajo de la media española, que se prevé que sea del 1,2%.
Las previsiones de crecimiento para el año 2024 son también moderadas, pasando del 2,6% inicialmente previsto al 1,1% en el caso de Aragón y del 2,6% al 1,5% para el conjunto de la economía española, según se recoge en el informe publicado en el número 78 de la Revista Economía Aragonesa editada por Ibercaja.
Esta revisión de las previsiones que anteriormente había realizado Ibercaja se debe a una menor repercusión de la crisis energética en Europa, hecho que ha permitido esquivar los escenarios más negativos previstos a finales del año pasado, dentro de un contexto en el que continúan las tensiones inflacionistas y la subida de los tipos de interés son una nueva amenaza para la economía.
En relación al mercado de trabajo, las predicciones de Ibercaja para 2023 apuntan a un estancamiento por lo que la tasa de paro en Aragón se situaría en torno al 9,4%. Un porcentaje con el que no se produciría ninguna variación en relación al 2022, pero que es cuatro puntos porcentuales inferior a la tasa de paro del conjunto de España, estimada para este año en el 13,3%.
Según han explicado Antonio Martínez, director del Área Financiera de Ibercaja, y Santiago Martínez, jefe de Análisis Económico y Financiero del Banco, la coyuntura económica no se vislumbra tan negativa como se esperaba a finales de año cuando todo apuntaba a una crisis energética en Europa con graves consecuencias sobre la producción y el empleo.
Esto ha favorecido una mayor resistencia de las industrias más expuestas a la subida de los precios de la energía y a un escenario de racionamiento de gas en buena parte de Europa, evitándose la destrucción de tejido productivo y empleo. No obstante, los efectos en la economía energética de baja intensidad sí se han dado en el canal de los precios, contribuyendo a una menor expansión de la economía en 2022.
De hecho, en los primeros meses de 2023, la fuerte subida de los precios continúa siendo la principal amenaza para la estabilidad económica mundial por el propio daño que inflige la inflación, así como por el endurecimiento monetario que conlleva.
En este sentido, cabe destacar las finanzas de familias y empresas, al igual que en endeudado sector público, se verán afectados por las subidas de tipos de interés en niveles sin precedentes en las últimas décadas.
Sin embargo, a pesar de haber pasado de un escenario negativo por la crisis energética a otro más favorable en el corto plazo, existen riesgos importantes para la economía en los próximos trimestres por la persistencia de la inflación y el endurecimiento de la política monetaria.
Resistencia de Aragón
Aragón era una de las comunidades más expuestas a la crisis energética que la media nacional por el mayor peso de las industrias intensivas en consumo de gas y electricidad y la mayor dependencia de las exportaciones dentro de un posible contexto de recesión en Europa, continente que es el principal destino de las ventas al exterior. También la inflación ha sido otro factor que ha tenido una mayor afección en la comunidad aragonesa que en el conjunto de España.
Pese a ello, Aragón muestra datos positivos, por ejemplo, en los márgenes empresariales que parecen haber resistido al incremento de los costes energéticos. Además, los registros de afiliados a la Seguridad Social en el primer trimestre apuntan a una reactivación del mercado laboral.
Previsiones 2024
Auque Ibercaja ha mejorado ligeramente las perspectivas para 2023, no sucede lo mismo para el año 2024 en el que realiza una rebaja, situándose en el 1,1% en Aragón. Una revisión que responde a un nuevo escenario en el que los precios energéticos se han moderado, pero continúan siendo superiores a los previos a la pandemia.
Además, también se prevé que continúe la tensión inflacionista con el consecuente impacto en las familias y hogares y que la subida de los tipos de interés se traslade al conjunto de la economía.
De cara a las empresas, aunque han podido mantener la situación saneada dentro del contexto actual, se estima que se verán afectadas por la subida de los tipos de interés y por la aceleración de los salarios. Un contexto en el que es difícil que se puedan afrontar incrementos en el número de empleados, lo que podría derivar en un menor dinamismo, e incluso estancamiento, del mercado laboral.
Otros factores que influirán será el endurecimiento del crédito, afectando a la inversión empresarial, así como los fondos europeos que, en este entorno, no tendrán el efecto multiplicador esperado.
Finalmente, se apunta a que la contribución del sector público se verá limitada por la necesidad de ajustar el elevado déficit -se ha deteriorado notablemente en los últimos meses de 2022-, y a un aumento del coste del endeudamiento.