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sábado, julio 27, 2024

La inflación pierde fuerza en EEUU y permite a la Fed levantar el pie del acelerador de las subidas de tipos

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La inflación en EEUU se ha relajado hasta el 6% en el mes de febrero. Los analistas consultados por Bloomberg esperaban que el IPC estadounidense se moderase hasta la zona del 6%, cuatro décimas por debajo del dato de enero. La mensual también ha perdido algo de ritmo y ha caído hasta la zona del 0,4% (frente al 0,5%), mientras que la inflación subyacente se ha establecido en el 5,5% interanual, una décima por debajo de la última referencia.

El índice de vivienda (shelter, que incluye alquileres y alquileres imputados) fue el que más contribuyó al aumento mensual de todos los artículos, representando más del 70% del incremento de precios, mientras que los alimentos, recreación y mobiliario del hogar también contribuyeron de forma positiva, según ha publicado por la Oficina de Estadísticas Laborales de EEUU.

Los alimentos aumentaron un 0,4% durante el mes, mientras que la aportación de la energía disminuyó un 0,6% durante en el cómputo mensual, ante la caída del gas natural y del fuel oil.

Una buena noticia en el informe de la BLS lo dan los coches usados, partida siempre muy observada como termómetro de la evolución de los precios y por su destaca ponderación en el índice. En términos anuales, cabe destacar la fuerte caída del 13,6% precio de los coches de segunda mano. En términos intermensuales, los precios caen un 2,8% cuando los analistas temían posibles subidas dadas las señales que daban las últimas subastas de los vehículos de ocasión. Habrá que esperar si en los sucesivos meses esas señales se trasladan al informe de precios al consumo.

Este componente fue en su día uno de los primeros en dispararse ante la escasez de chips y de piezas para la fabricación de automóviles. Los americanos se volcaron hacia el mercado de segunda mano, lo que provocó un fuerte incremento del precio de los coches usados. Por el momento, esta situación parece revertirse de forma clara en este 2023.

Las notas positivas se extienden al conjunto de los denominados bienes duraderos, que incluyen a los coches usados. Tras ser una de las categorías que primero disparó sus precios ante las tensiones en las cadenas de suministro tras el shock pandémico, en los últimos meses venía experimentando varias lecturas seguidas de deflación. Pero en el desglose de enero volvió a subir un 0,1%, lo que provocó cierta preocupación entre los analistas. En febrero la lectura intermensual es del 0%. La subida del 0,8% de los precios de la ropa puede poner en duda esta visión.

Un respiro para la Fed

Este dato da algo de margen a la Fed para mantenerse, al menos, en modo wait and see (ver y esperar). Las cosas han dado un giro de 180 grados en cuestión de días. La caída de Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank han provocado un ‘terremoto’ en la banca americana, cuyas ondas se han sentido en el resto del mundo de forma intensa. Ahora, el riesgo de recesión o incluso de crisis financiera se ha agudizado, lo que podría llevar a la Reserva Federal a levantar el pie del acelerador en las subidas de tipos de interés.

Las expectativas sobre los futuros movimientos de la Fed descartan cualquier subida en la reunión de la próxima semana, mientras que descuentan rebajas de tipos que rondan los 90 puntos básicos (0,9 puntos) en los próximos meses. En enero de 2024, los recortes llevarían los tipos oficiales a la zona del 3,8%, frente al 4,5-4,75% de la actualidad.

La inflación ha sido la gran amenaza para la economía desde mediados de 2021 hasta hace prácticamente nada. Sin embargo, ahora los inversores parecen tener puesta la mirada en el riesgo de crisis financiera. Si finalmente descarrilan la economía y los mercados, probablemente, la inflación tendería a normalizarse por sí sola ante un previsible descenso de la demanda agregada (consumo e inversión), lo que permitiría a la Reserva Federal ser menos agresiva.

Olu Sonola, jefe regional de Fitch para EEUU, cree que «es probable que la Fed responda reafirmando su compromiso con la estabilidad de precios, al tiempo que reconoce el aumento de los riesgos para la estabilidad financiera. El resultado de la reunión de la Fed de la próxima semana dependerá de lo que ocurra en los próximos días, pero todavía parece probable un aumento de 25 puntos básicos».

¿Cómo reacciona el mercado?

El movimiento del mercado ha sido relativamente tranquilo tras el dato. Tanto en el bono a dos años como en el bono a 10 ha habido un moderado descenso de los rendimientos al cumplirse las expectativas de mercado y no complicarse más de lo que ya está la posición de la Fed a la hora de combatir la inflación. Ambas notas caen al 4,27% y al 3,58%, siguiendo la línea de las últimas horas, cuando los inversores han acudido a los bonos del Tesoro como refugio ante la incertidumbre generada y esperando que la Fed recorte los tipos este mismo 2023 en pos de la estabilidad financiera.

Los futuros de Wall Street apenas han oscilado unas centésimas y el dólar, que se mantenía plano respecto al euro, cayó un 0,1% a la baja y luego lo saltó al alza. «La inflación estadounidense ha sido la cifra más importante en los mercados, ya que ha impulsado a una Fed ‘dependiente de los datos’, las previsiones de subidas de tipos, los riesgos de recesión y las expectativas de beneficios.

El S&P 500 ha registrado un movimiento medio del 2% en el ‘día de la inflación’. Ahora se ha visto superado por la preocupación por el sistema financiero, que está provocando un endurecimiento de las condiciones», explica Ben Laidler, analista de eToro.

¿Influirán las quiebras bancarias en la inflación futura? «Es posible. Aparte de los datos ficticios sobre el precio de la vivienda y los precios de la energía, la inflación estadounidense se debe principalmente a la expansión de los márgenes de beneficio. Eso se invierte si los consumidores dejan de creer que los aumentos de precios son justos, o si cae la demanda de los consumidores. Si los bancos endurecen las normas de concesión de préstamos, la pérdida de crédito reducirá la demanda de los consumidores. Tras un periodo tan largo de salarios reales catastróficamente negativos, los consumidores estadounidenses han recurrido al endeudamiento mediante tarjetas de crédito para mantener su nivel de vida. La subida de los tipos de interés apenas disuade de ello. Unas normas de préstamo más estrictas lo frenan bruscamente», defiende Paul Donovan, estratega jefe de UBS.

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