Después de meses de acumulación militar y arriesgada política en la frontera de Ucrania, Rusia está aumentando la presión sobre su vecino exsoviético, amenazando con desestabilizar Europa y atraer a Estados Unidos.
Rusia ha estado reforzando su control militar sobre Ucrania desde el año pasado, acumulando decenas de miles de tropas, equipo y artillería a las puertas del país. La agresión ha provocado advertencias de funcionarios de inteligencia estadounidenses de que una invasión rusa podría ser inminente.
En las últimas semanas, los vertiginosos esfuerzos diplomáticos para disipar las tensiones no lograron llegar a ninguna conclusión.
Moscú ha negado repetidamente que esté planeando un ataque, insistiendo en cambio en que el apoyo de la OTAN a Ucrania constituye una amenaza creciente en el flanco occidental de Rusia. Una escalada en los bombardeos en el este de Ucrania y la explosión de un vehículo en la región del Donbas, controlada por los separatistas, ha aumentado los temores de que Moscú podría estar avivando la violencia para justificar una invasión.
¿Cuál es la situación en la frontera?
Más de 150.000 soldados rusos ahora rodean Ucrania como una herradura por tres lados, según estimaciones de funcionarios de inteligencia estadounidenses y ucranianos. La Casa Blanca ha advertido repetidamente que el presidente ruso, Vladimir Putin, podría lanzar una invasión a gran escala de Ucrania en cualquier momento.
El 15 de febrero, Putin afirmó que estaba llevando algunas tropas de regreso a la base después de completar los simulacros y que estaba abierto a una ruta diplomática para salir del enfrentamiento.
