De todos los tipos de cáncer que existen, el de páncreas es el más letal. Ahora, un equipo de investigadores estadounidenses ha abierto una pequeña puerta a a la cura de esta enfermedad. Han desarrollado una vacuna de ARN mensajero experimental que ha obtenido resultados positivos. Cabe destacar que se trata de la misma tecnología que ayudó a combatir el Covid 19.
Durante la fase I del ensayo clínico, investigadores del Memorial Sloan Kettering Cancer Center en Nueva York administraron a 16 pacientes un suero de ARN mensajero personalizado (llamado cevumeran). Este lo combinaron quimioterapia e inmunoterapia, es decir, tratamientos convencionales. Los profesionales observaron un aumento de sustancia en la respuesta de las células T en la mitad de ellos indicando que la vacuna puede inducir una mejor respuesta inmunitaria, según los resultados del ensayo publicados en la revista Nature.
Ocho de los pacientes no mostraron respuesta a la vacuna y experimentaron una reactivación del cáncer al cabo de una media de trece meses después de la cirugía, mientras los otros ocho no habían mostrado reactivación después de un seguimiento de 18 meses, momento en el que se recogieron los resultados para su publicación. Los autores señalan que, a pesar del tamaño limitado de la muestra, estos primeros resultados indican que está justificado realizar estudios más amplios de este tipo de preparados.
Profundizando más, los investigadores seleccionaron a pacientes que no habían presentado metástasis. Además, aplicaron el tratamiento justo después de la primera cirugía en la que se extrajo tanto tejido tumoral como fuese posible. Después secuenciaron los tumores de cada uno de ellos en busca de las mutaciones e identificaron unas proteínas denominadas neoantígenos. Estas se enviaron a la empresa BioNTech para que desarrollara 16 vacunas de nanopartículas de ARN individualizadas con hasta 20 de estos marcadores cada una.
El 88% de los pacientes con cáncer de páncreas fallecen a pesar de haber recibido quimioterapia y haber pasado por cirugía. Por lo general es agresivo, difícil de detectar y se extiende con mayor rapidez. De hecho, normalmente cuando sus síntomas dan la cara ya ha provocado metástasis.
