El presidente Joe Biden prometió acelerar los esfuerzos de su administración para combatir el tráfico de fentanilo después de los acuerdos antinarcóticos con China y México alcanzados la semana pasada.
«Nos hemos centrado en la prevención, la reducción de daños, el tratamiento y la recuperación», afirmó el martes durante una reunión en la Casa Blanca para abordar el flagelo de la droga ilícita que ha matado a más de 200.000 estadounidenses en los últimos años. «Pero este desafío también tiene raíces fuera de nuestras fronteras, fuera de las fronteras de Estados Unidos».
Biden prometió acelerar los esfuerzos de su administración para combatir la droga después de los acuerdos antinarcóticos con Beijing y Ciudad de México alcanzados la semana pasada al margen de la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en San Francisco.
El fentanilo se produce en masa en México utilizando precursores químicos, en gran parte procedentes de China, y se trafica a través de carteles de la droga hacia Estados Unidos.
«Es un desafío global que exige una acción global», dijo Biden.
Después de su reunión, Biden y el presidente chino Xi Jinping anunciaron la reanudación de la cooperación bilateral en materia antinarcóticos para reducir el flujo de precursores químicos que alimentan el fentanilo.
«Es un gran paso adelante y estamos agradecidos por ello», dijo John Kirby, coordinador de comunicaciones estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional, durante una sesión informativa para periodistas el martes. «Puede que pase algún tiempo antes de que se vean los resultados prácticos».
Con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, Biden acordó ampliar la cooperación policial y el intercambio de inteligencia para restringir el tráfico de drogas.
La administración ha estado bajo presión para tomar medidas más estrictas para evitar que el fentanilo ingrese al país. Los legisladores republicanos destacan periódicamente el contrabando de fentanilo como una razón para fortalecer la frontera entre Estados Unidos y México.
Varios candidatos republicanos dicen que usarían la fuerza militar contra los cárteles mexicanos en respuesta al tráfico de fentanilo y otros opioides sintéticos.
Los republicanos también acusan a Biden de ser blando con el papel de China en la epidemia.
«Las acciones de la China comunista nos han dicho que eligen ser nuestro enemigo. El fentanilo producido en China ha matado a miles de estadounidenses», dijo el senador republicano Rick Scott en un comunicado.
Historial ineficaz
China puede controlar el flujo de precursores químicos de maneras que los gobiernos latinoamericanos no pueden, pero aún está por verse si Beijing invertirá en el esfuerzo, dijo Peter Reuter, profesor de la Escuela de Políticas Públicas y el Departamento de Criminología de la Universidad de Maryland. .
Los esfuerzos anteriores para controlar la producción y las exportaciones desde fuera del país han resultado ineficaces, afirmó.
«Siempre nos preocupamos por el desplazamiento», dijo Reuter a la Voz de América. «Es decir, si China deja de enviar precursores, la enorme industria india, mal regulada y corruptamente regulada, reemplazará a China».
El fentanilo ilegal a menudo se produce en laboratorios clandestinos utilizando precursores y análogos de fentanilo producidos por compañías químicas y farmacéuticas legítimas que no están reguladas a nivel nacional o internacional.
Un fuerte enfoque en estrategias basadas en la oferta para limitar su entrada desde el extranjero puede ser contraproducente para las medidas positivas en la reducción de daños que la administración ha tomado mientras los traficantes encuentran soluciones para evitar violar la ley, dijo Brandon Marshall, profesor de epidemiología en la Universidad de Brown.
«Muchos de estos esfuerzos por restringir el suministro llevan a los traficantes a identificar sustancias que son más potentes», dijo a la VOA. «Eso es lo que vemos jugar una y otra vez».
Biden instó a los legisladores a aprobar más fondos para apoyar a los estadounidenses con trastornos por abuso de sustancias y cerrar las lagunas existentes para los pequeños envíos de la droga, que pueden pasar inadvertidos en los cruces fronterizos e incluso a través del sistema postal.
«También insto al Congreso a que fabrique permanentemente el fentanilo y sustancias relacionadas como drogas de la Lista Uno», dijo.
Tal medida significa que los consumidores de drogas serían aún más estigmatizados y los alejaría de la ayuda que necesitan, dijo Mary Sylla, directora de Política y Estrategia de Prevención de Sobredosis de la Coalición Nacional de Reducción de Daños, un grupo de defensa de los derechos de las personas que consumen drogas.
Eso coloca a las personas en un sistema penitenciario que en realidad aumenta la probabilidad de sufrir una sobredosis, dijo a la VOA.
Sylla argumentó que, en cambio, se debería poner más atención y recursos en los esfuerzos para reducir los impactos negativos del uso de sustancias, incluidos los servicios de jeringas, la prevención de sobredosis y el tratamiento de drogas para aquellos que estén interesados.
En 2018, la administración Trump colocó una programación de emergencia temporal para toda la clase de sustancias relacionadas con el fentanilo, sustancias químicas que son similares en estructura al fentanilo que se utilizan en entornos clínicos y hospitalarios. El Congreso ha ampliado varias veces la prohibición de emergencia.
La prohibición puede tener impactos negativos e involuntarios, incluido hacer que la investigación sobre estas sustancias sea mucho más difícil, dijo Marshall.
En 2021, un grupo de más de 100 organizaciones escribió una carta instando al Congreso y a la administración Biden a permitir que expirara la programación de emergencia, argumentando que exacerba la detención preventiva, el encarcelamiento masivo y las disparidades raciales en el sistema penitenciario.
«A medida que nos acercamos al hito de los 50 años del anuncio de la Guerra contra las Drogas por parte del presidente Nixon, hay amplia evidencia de que estas políticas no científicas destruyen comunidades, afianzan las disparidades raciales y no hacen nada para reducir la oferta o la demanda de drogas», decía la carta.
