La dependencia económica que Alemania tiene de China es muy importante. Tal y como publicaba en un informe el Bundesbank, tal es el vínculo entre ambas potencias que una crisis económica en el gigante asiático reduciría hasta un 1% el PIB en el segundo año. Al mismo tiempo, el sistema financiero alemán incluso se podría ver afectado en el caso de que hubiese una desvinculación económica total germano-china.
La reunión anual de la Asamblea Popular China (APN) y la Conferencia Consultiva del Pueblo Chino (CCPPCh), conocidas como ‘las dos sesiones’, concluyeron este lunes con un informe económico en el que se plantea un objetivo de crecimiento muy ambicioso del 5%, la creación de 12 millones de puestos de trabajo urbanos que haga bajar la tasa de desempleo al entorno del 5,5% y un aumento del IPC hasta el 3%.
Pero, según señala un editorial publicado por Caixin, el informe que presentó el primer ministro chino, Li Qiang, ante los miembros del partido presenta una iniciativa de aperturismo de China hacia la inversión. «Propone reducir la lista negativa de las inversiones extranjeras, sobre todo en el sector manufacturero, y facilitar el acceso al mercado en telecomunicaciones, asistencia médica y otros servicios», comentan desde Caixin, que califican esta apertura de «impresionante».
Precisamente, el sector manufacturero alemán es el más dependiente de China. El gigante asiático siguió siendo el principal socio comercial de Alemania en 2023 por octavo año consecutivo, y las inversiones extranjeras directas de empresas alemanas en territorio chino alcanzaron un nuevo récord.
Las entidades financieras alemanas están expuestas a industrias y sectores, los cuales China es un importante socio de exportaciones. Entre ellos están los sectores de ingeniería mecánica, la producción y procesamiento de metales, así como los servicios de transporte marítimo y aéreo. «La importancia de la demanda china para la creación de valor añadido es mayor en estos sectores». Así, los activos del sistema bancario en empresas relacionadas con estos sectores ascendieron a los 140.000 millones de euros a finales de 2022, según las cifras que manejan en el Bundesbank. «Para el banco promedio representaban alrededor del 40% del capital básico», aseguran.
En concreto, grandes empresas como Volkswagen y fabricantes de productos químicos como BASF tienen al gigante asiático como uno de sus principales mercados. Además, China todavía domina el suministro de materias primas necesarias para fabricar baterías para vehículos eléctricos, paneles solares y otros productos de alta tecnología.
Diversificación asiática
China se ha propuesto garantizar la participación equitativa de las inversiones extranjeras en las adquisiciones gubernamentales, las licitaciones y creará normas nuevas para facilitar la inversión foránea. Al mismo tiempo, está intentando hacer las cosas más convenientes para los extranjeros que trabajan, estudian y viajan a China lo tengan más fácil con la cuestión del flujo de datos transfronterizos.
Al mismo tiempo, pretenden alinear sus reglas económicas con los estándares internacionales «expandiendo gradualmente la apertura institucional, lo que determinará significativamente la posición futura de China en las cadenas globales de valor», dicen desde Caixin.
A pesar de esto, el canciller alemán, Olaf Scholz, está buscando profundizar los vínculos de la locomotora de Europa con Tailandia, Malasia y Filipinas. Scholz va a recibir a los líderes de estos tres países, en días separados, en Berlín durante esta semana. Esto está considerado, según fuentes del Gobierno germano, como «un esfuerzo coordinado de reducir las dependencias unilaterales de China y mejorar la resiliencia económica de Alemania frente a Pekín a través de las cadenas de suministro, con materias primas más diversas».
Scholz habló este lunes, mientras se concluían las Dos Sesiones en Pekín, con el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, y mencionó que hay que progresar las relaciones de ambas naciones en los ámbitos de las energías renovables y el hidrógeno verde. «Nos gustaría ampliar aún más esta asociación», dijo el canciller socialista en una rueda de prensa conjunta con su homólogo malayo. Pero la señal más importante de esa búsqueda de diversificación económica por parte de Alemania es lo que dijo posteriormente: «Esto se aplica también a nuestro objetivo de diversificar nuestros vínculos económicos en todo el mundo. Queremos tener buenas relaciones económicas y políticas con muchos países».
Scholz tiene una reunión este martes con el presidente de Filipinas, Ferdinand ‘Bongbong’ Marcos Junior, y el miércoles le espera el Primer Ministro tailandés, Setta Thavisin.
La conocida como «coalición semáforo» está trabajando en la «nueva estrategia china» que aprobó el año pasado. Están pidiendo a las empresas que aseguren sus riesgos en China y que sean «manejables» para poder seguir manteniendo vínculos con el país asiático.
En un informe del Bundesbank, publicado en enero, hablan de 36.000 millones de euros de activos financieros directos a finales de 2022. Esto correspondió al 11,4% de los activos totales del sistema bancario alemán, frente a un 0,1% de todos los grupos de clientes. En concreto, las empresas y los particulares acumularon 11.000 millones y los organismos públicos 7.000 millones de euros en 2022.
Así, a finales de 2022 los activos de bancos alemanes sobre las empresas expuestas de esta índole ascendían a casi 220.000 millones de euros. «Esto representa seis veces los derechos directos frente a prestatarios con sede en China y casi el 42% del capital ordinario agregado de primer nivel», dicen en su informe anual.
«Una crisis económica en China similar a las que han ocurrido en el pasado en otros países después de una corrección del crecimiento excesivo del crédito sería posiblemente manejable para la economía alemana», aseguran los expertos.
